La Máquina se congeló en el frío ambiente potosino y hasta estuvo cerca de descarrilar en la plaza más sencilla de la Liga MX. Cruz Azul la tuvo muy fácil en el papel, visitó el Alfonso Lastras donde regalan puntos por doquier, pero se complicó de más y sólo se llevó uno a la capital. San Luis estuvo cerca de pegarle al campeón, pero Sebastián Jurado fue la figura y lo detuvo todo. 0-0 final.
Visita de lujo en el centro del país. La lluvia amenazó con aparecer durante el juego, tal y como toda la tarde arreció en tierras potosinas, pero Tláloc se apiadó, quizá con la intención de ver al monarca y a su equipo de casa en plenitud, pero todo quedó en una expectativa bastante soñadora.
Juan Reynoso volvió a mover sus piezas con Cruz Azul. Esa costumbre no cambia en ninguna plaza. Julio César Domínguez, el central que había disputado todos los minutos del certamen, apareció en el banquillo para sorpresa de todos. Pablo Aguilar fue el capitán, acompañado de un efectivo Alexis Peña. Si algo puede presumir el técnico peruano es la recuperación del zaguero y de nuevo confío en él.
La alta competencia salió a relucir en el conjunto cementero. Así la visita comenzó a mover el balón, quiso tener el control. Los celestes sabían a la perfección las deficiencias de su rival cuando aparecen en el Alfonso Lastras y quisieron probarlo muy temprano.
El inicio tuvo una clara ambición. A pesar de la línea de cinco defensores al fondo, Santiago Giménez y Jonathan Rodríguez aparecieron al frente, pero ambos atacantes brillaron por su ausencia. El más peligroso fue Walter Montoya. El Chaque tuvo una oportunidad inmejorable, Unai Bilbao perdió la posesión, pero el vestido de blanco no supo qué hacer. El español regresó a velocidad y enmendó su yerro.
El conjunto auriazul no se dejó, luchó, estaban ante la posibilidad de pegarle al flamante monarca y no querían desaprovecharlo, sin embargo, el espectáculo no apareció. Las imprecisiones fueron la constante. San Luis emparejó las acciones y estuvo cerca de abrir el marcador. El balón parado fue la forma en la que encontraron para creer peligro.
La Máquina tuvo el esférico, pero pocas veces supo que hacer con él. El portero Marcelo Barovero no fue exigido, incluso la pasó muy tranquilo en su área. Santi y Cabecita no tuvieron balones a modo. Los que lograban captar, fueron lejos del área, donde no supieron generar emociones.
El marcador deseaba un cambio urgente, que un equipo impusiera condiciones. Ningún bando dio síntomas de hacer un cambio a favor de nadie.
Los potosinos no mostraron su mejor juego, pero sí mucho ímpetu y deseos de romper su mala racha en su territorio. Germán Berterame no estuvo fino, Ricardo Chávez falló una clara con definición escueta y Adam Bareiro fue poco participativo. De esa forma, poco pudieron hacer para cambiar algo. Todo esto pasó, mientras los capitalinos dejaban mucho que desear en su juego. Los del Atlético fueron un poco mejores, no mucho, y no pudieron reflejarlo.
En el complemento, lo potosinos se vieron mejor, pero un momento desafortunado con el árbitro asistente le quitó el ritmo al equipo local. En la vuelta de las acciones, los azules quisieron aprovechar el desconcierto, Rodríguez metió un cabezazo y Barovero respondió con una estupenda reacción. Del otro lado, Sebastián Jurado no se quiso quedar atrás y fue el salvador celeste en par de ocasiones.
El ajedrecista Reynoso hizo movimientos. Rómulo Otero debutó. El escorpión quiso ser venenoso, pero en quince minutos hizo muy poco.
Cruz Azul consiguió un puntito a domicilio, no pudo más. Uno de los peores visitantes resistió y salió vivo de su casa.
Al minuto 56, el abanderado Eduardo Acosta se lesionó en una carrera y Alejandro Funk, cuatro árbitro, tuvo que entrar a asistirlo. Se perdieron cerca de seis minutos del juego.
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