El liderato e invicto de Toluca fueron sólo un espejismo. La corona del campeón pesó más. Cruz Azul le hizo vivir un verdadero infierno a Toluca en el estadio Azteca y su favoritismo con el que llegó a la capital lo mandó al diablo. La Máquina fue infernal, volvió a ganar y demostró que ya arrancó en serio, y sin sus mejores motores disponibles. 4-0 final.
Un duelo de auténtico lujo se vivió en la capital. El actual monarca recibió al mandamás del torneo. Fue una visita infernal para los cementeros y una dura prueba para medir sus alcances, con el objetivo principal de frenar el paso perfecto de los Diablos.
El técnico Juan Reynoso movió sus piezas y presentó una alineación arriesgada y hasta alternativa. Titulares recurrentes como Pablo Aguilar, Ignacio Rivero, Rafael Baca y Jonathan Rodríguez comenzaron en la banca de suplentes. Luis Romo recibió descanso y tampoco estuvo en el Coloso. Sebastián Jurado, Alexis Peña, Shaggy Martínez y Santiago Giménez entraron al quite, contra el mejor cuadro escarlata comandados por Rubens Sambueza y Alexis Canelo. De esas dimensiones fue la prueba para los celestes.
Los mexiquenses lo sabían de un principio. El juego no era ninguna revancha por lo sucedido hace algunos meses, pero qué mejor satisfacción que tumbarle la corona al campeón. Con esa enjundia iniciaron, pero Cruz Azul tardó 88 segundos en mandarla al diablo.
Los experimentos del llamado ajedrecista peruano dieron resultado. La Máquina avasalló y muy rápido consiguieron la ventaja. La zaga escarlata no salió conectada y lo pagaron caro.
Bryan Angulo prendió el esférico con potencia y la puso en la red, mientras Barbieri y Ortega miraban incrédulos por detrás de él. Todavía no se reponían del primer yerro y el segundo llegó en automático. Un trazo largo que parecía de rutina, hizo ver mal a la defensa visitante, Orbelín la buscó, García impidió el remate, pero Santi estuvo en el lugar indicado para enviarla al fondo. El VAR apareció, pero no hubo nada. El cancerbero choricero no aguantó y tuvo que salir lesionado. El Pollo Saldívar entró.
Los cementeros siguieron con la presión, se vieron motivados. La visita, golpeada y tirada en la lona, tardó en reponerse, parecía noqueada. A los Diablos no les salió nada y cuando lograron penetrar al área, Jurado apareció y salvó con dos grandes intervenciones.
Toluca intentó reaccionar, lo hizo lento, adelantó líneas, sin embargo, la labor deYoshimar Yotún y Pol Fernández pusieron orden en el mediocampo. Rubens Sambueza fue nulificado, Canelo no tuvo opciones y Estrada pasó desapercibido, eso impidió algún tipo de descuento.
Del otro lado siguió el goce y el tercero no tardó. Barbieri confirmó su noche de terror y regaló un balón. Angulo lo tomó y no perdonó. El Cuco marcó su doblete con mucha facilidad ante la complicidad del defensa argentino.
La pesadilla siguió. No conformes con la goleada en contra y su portero titular lesionado, Haret Ortega, quien se había visto mejor en la zaga mexiquense, salió expulsado. Con un hombre menos, la remontada del líder pasó de complicada a prácticamente imposible. De un instante a otro su objetivo cambió y fue el de no recibir más goles en la capital.
En el complemento, los diablos intentaron competir, pusieron el orgullo por delante, pero fue insuficiente. La Máquina mandó en todo momento y si Passerini no metió el cuarto, Pineda sí lo hizo con gran maestría.
Cruz Azul cerró el partido de gran forma. Toluca no pudo hacer nada y perdió su invicto de la peor forma. El quinto ya no llegó, pero los cementeros gustaron y golearon en su casa.
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