El dinero no lo es todo. Puede comprar talento, pero hay veces que eso no es suficiente, mucho menos si no hay conjunción y buen juego entre tantas estrellas. La humildad y hasta la suerte pudo más en el Cuauhtémoc. Pueblaanda de buenas y sólo necesitó un gol para vencer a Rayados. Los norteños merecieron más, pero no viven su mejor momento y no les sale nada. Ahora La Franja, sin tantos reflectores, es más líder que nunca. 1-0 final.
Fue un duelo de marcadas diferencias en la Angelópolis. El más modesto contra el más poderoso. El líder general del torneo enfrentó al quinto mejor club del mundo. Puebla puso en juego su invicto ante unos Rayados con ánimos de revancha.
La Franja no se intimidó ni un poco y fue intensa. No habían pasado ni 60 segundos cuando el primer aviso llegó. Aristeguieta recibió un gran balón en el área, pero falló en la definición. Como tantas veces, el portero Andrada hizo la diferencia.
La Pandilla no tardó mucho en meterse al partido. Obligada por el resultado, pero reaccionó a tiempo y tuvo una respuesta perfecta. Los visitantes buscaron el tanto del empate con urgencia, el balón rondó varias veces cerca de las redes, pero no hubo nadie que rematara. Rogelio Funes Mori fue el más cercano, pero no pudo lograrlo. Rayados adelantó líneas, fue más, pero tampoco se respiró un peligro real.
Puebla insistió y no se dejó. Ferrareis llegó al área y buscó sorprender, sin embargo, una vez más Andrada respondió con una atajada espectacular.
Las emociones poco a poco se esfumaron. El dominio fue alterno. Lo más relevante fue un disparo lejano de Diego y una falla del Vikingo.
En el complemento, Monterrey ganó en confianza e insistió una y otra vez. El Vasco, desde la tribuna, mandó un doble delantero. Janssen ingresó, Aguirrequiso más presencia en el área. Sin embargo, fue Sebastián Vegas quien estuvo más cerca. El defensor mandó un centro que poco a poco tomó dirección a portería. Silva ya estaba vencido, pero el travesaño canceló el festejo.
La insistencia regiomontana tuvo recompensa. Al menos por la marcación de una pena máxima. Ferrareis golpeó en el rostro a Maxi Meza y los camoteros se quedaron con 10. El Mellizo cobró desde los once pasos, pero falló. Silva detuvo. Ni de penalti pudo el ahora mexicano.
Larcamon intentó mantener la mínima ventaja y realizó cambios defensivos. El técnico renunció al ataque o tal vez fue la presión de su rival lo que lo hizo sufrir. Al final fue suficiente. Puebla triunfó en casa y mantuvo su invicto, mientras que Rayados sigue en agonía.
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