América, el Último Invitado

El cuadro de honor se completó. América alcanzó a Cruz Azul y Rayados y se instaló en las semifinales de Concacaf. Las Águilas volvieron a tener problemas con el árbitro, parece que los azulcremas tienen un imán con trabajos imperfectos, la diferencia fue que en un penalti los beneficiaron. Iván Barton le regresó vida a Portland, pero no les alcanzó. América hizo los goles suficientes para no tener que sufrir de más. El 3-1 en el Azteca, 4-2 global, fue categórico.

Los Timbers guardaron el hacha. Portland enseñó ganas de jugar y no de golpear como en el juego de ida. Eso fue bueno para el espectáculo, pero los futbolistas tuvieron que lidiar con otro factor, una molesta brizna que cayó durante gran parte del juego.

El pasto mojado fue un problema. Bill Tuiloma y Jeffrey Attinella patinaron, perdieron el balón y casi termina en tragedia.

Los jugadores en el campo tuvieron que ser cuidadosos, dar pases fuertes y al pie para evitar cualquier resbalón o mala recepción. Eso provocó un juego lento. Primero tuvieron que adaptarse al pasto y luego jugar.

América se amoldó mejor. Estaban en casa. Álvaro Fidalgo con un tiro relampagueante en el área estuvo cerca de marcar, el tiro del español fue directo a los puños de Attinella.

Los azulcremas ganaron confianza. El pasto no ayudó, pero supieron sacarle provecho. Timbers marcó lento en su área, como con el freno de mano puesto para evitar una caída.

Las Águilas siguieron mejor. Los ataques se incrementaron, sobre todo por el lado derecho con Leo Suárez, el argentino quiso sacarse la espina tras una floja actuación en Portland.

Los papeles se invirtieron, Suárez destacó, pero Mauro Lainez estuvo apagado. El hermano de Diego permaneció silencioso hasta que de su pie izquierdo salió un pase que Federico Viñas cazó en el área y con la cabeza lo incrustó en la red. Viñas arrancó como titular tras la suspensión de Roger Martínez. Ese fue el único cambio en la alineación, el resto fueron los mismos que iniciaron en Portland. El uruguayo supo que era su momento y no lo desaprovechó.

América respiró. El pase a semifinales tomó forma, pero los azulcremas tuvieron que seguir atentos.

Los Timbers perdieron todo el filo. No fueron rudos, pero tampoco hicieron algo por exigir a Memo Ochoa. El portero de las Águilas pudo contemplar la lluvia y sentir cómo resbaló por sus conocidos rizos. El cuadro de la MLS no registró ni un tiro a la portería en el primer tiempo. Esa estadística fue reveladora. Portland no quiso o no pudo poner nerviosos a los azulcremas.

América agradeció que Felipe Mora, Yimmi Chará y Diego Valeri no les hicieran algo.
El descanso fue importante. Giovanni Savarese debió recordarles a sus jugadores que era la última oportunidad para seguir con vida en Concacaf.

En 7 minutos Portland pateó dos veces a la portería. El más peligroso fue un tiro de lejos de Yimmi Chará. Ochoa terminó su siesta y entró en acción.

Portland regresó furioso, sin embargo, el árbitro Iván Barton les bajó la moral tras un penalti que le regaló al América tras una falta inexistente de Claudio Bravo sobre Leo Suárez. El juez salvadoreño se apoyó en el VAR, sin embargo, mantuvo su decisión. Federico Viñas tomó el balón, no tuvo la culpa de la mala decisión y acrecentó el marcador.

Fueron minutos cómicos. Iván Bartón recompensó a los Timbers en la siguiente jugada. Felipe Mora cayó en el área, no hubo ninguna falta, pero el juez decidió marcar el penalti. El salvadoreño no fue al monitor y mantuvo su marcación inicial. Diego Valeri venció a Ochoa y le devolvió la esperanza a Portland.

La fe de los Timbers se derrumbó rápido. Leo Suárez en la siguiente jugada tiró arrinconado y evitó cualquier reacción de los norteamericanos. Leo jugó su mejor partido con la playera amarilla. El poste truncó otro gol del argentino.
La lluvia se fue y el partido terminó. América está en la siguiente etapa.

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