«Motivado para Tratar de Seguir»: Huertas

*“Llegaré hasta donde papá Dios me dé salud”

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Veracruz, Ver., a 1 de noviembre de 2013.- Con un campeonato a cuestas obtenido en su natal Puerto Rico con Piratas de Quebradillas y las ilusiones de confirmar su calidad en el baloncesto mexicano así llegó David Huertas a este puerto para formar parte del plantel de Halcones Rojos para la Temporada 2013-2014.

Alegre con sus compañeros y entregado en lo que hace, el boricua se tatuó los colores del equipo en el alma y desde los primeros minutos en la duela se ganó el corazón de los aficionados quienes se dieron cuenta de la garra y profesionalismo del nativo de Humacao que buscaba también poner su nombre en lo más alto de los reflectores.

Sus primeros pasos dentro del baloncesto los da a los cinco años de edad gracias a su padre el señor Armando Huertas, quien fue un jugador profesional en Puerto Rico, “yo seguía a mi papá todo el tiempo, como era el mayor siempre estaba con él y desde que entré a una cancha me encantó y desde los cinco años lo he jugado, tengo 26 llevo 21 años jugando”.

Nació el 2 de junio en Humacao, Puerto Rico, es hijo mayor del matrimonio formado por la señora Nilsa Solivan y del señor Armando Huertas (Q.E.P) tiene dos hermanos Nilmari y Luis Armando “vengo de una familia que le gusta el deporte, tuve una infancia que la disfrute muchísimo”, comentó con una sonrisa.

El ejemplo que tuvo en casa con su papá hizo que David descubriera cuál era su pasión “por mi papá conocí el baloncesto, y desde el primer instante me enamoré de él, como dicen por ahí, fue mi primer amor y desde ahí ha sido toda mi vida, además de mi familia, de mis estudios, ha sido lo que más he amado, lo que disfruto hacer; cuando necesito despejar la mente de algo vengo y juego, es lo que me relaja y realmente me encanta hacerlo, lo disfruto muchísimo, este es mi trabajo, entre comillas, porque es lo que amo hacer”.

Su padre nunca fue exigente con él ni lo presionó para que él practicara este deporte pero acepta que su padre lo motivo a jugar, “en cuestiones del baloncesto no, él sabía que me gustaba, solamente me decía tienes que mejorar esta parte y esta otra, pero me dejó que aprendiera por mí mismo, no fue tan exigente por esa parte; obviamente siempre estaba al pendiente de mí, que hiciera las cosas bien, pero de verdad no era algo obligado, como era algo que me encantaba tanto hacerlo, pues no tuvo que ser tan exigente”.

A casi cinco años de la muerte de su padre, quien perdiera la batalla contra el cáncer, su mirada refleja todo ese cariño que tiene por él, “antes de que falleciera me fui a Puerto Rico, estuve con él, lo extraño todo el tiempo, él nunca me vio jugar como profesional, la única vez que me vio jugar fue en la universidad en un torneo que hicimos en Puerto Rico; antes de que yo firmara como profesional el murió. Si tuviera oportunidad de verlo le diría que lo quiero, lo amo muchísimo, lo extraño y gracias por apoyarme y enseñarme este deporte que me ha llevado a muchos lugares”, dijo mientras abrazaba fuertemente un balón.

Siempre fue muy estudioso y supo combinar sus estudios y su carrera como basquetbolista. A los 16 años se va a Estados Unidos pues desde chico sabía que quería estudiar la Universidad y poder jugar en la NBA “como era un sueño trabajé duro, trabajé duro en la escuela, mejoré como persona y como basquetbolista y me fue bien, pude ir a una Universidad grande (Mississippi), una universidad buena para jugar baloncesto” y aunque sabe que no ha llegado al mejor baloncesto del mundo pudo practicar en grandes equipos como Atlanta y Washington.

Por su carácter y forma de ser no era de sorprendernos que David Huertas se decidiera por una carrera como Comunicación, aunque en realidad él no sabe por qué estudió eso pues pensaba estudiar algo relacionado con el deporte “tomé unas clases selectivas de comunicaciones, fotografía, radio, me fue muy bien, me gustó y dije ´voy a tratar´, seguí tomando varias clases, me gustó y entonces decidí seguir esa área y realmente es algo que disfruto”. A pesar de que no ha ejercido su carrera, piensa combinarla con el deporte, así que en un futuro podríamos verlo como comentarista deportivo especializado en el baloncesto.

David Huertas ha tenido que enfrentar grandes retos en su vida y en este momento vive uno de ellos. Después de haber sido campeón en Puerto Rico con Piratas de Quebradilla, se tomó tiempo para descansar antes de empezar el proyecto con Halcones Rojos Veracruz; al llegar al puerto la afición jarocha lo recibió con los brazos abiertos y enfrentar una noticia como ésta fue un golpe duro para David “jugué los primeros dos partidos, no fueron mis mejores partidos pero es algo que uno va cayendo en ritmo con los compañeros, ganamos, nos fue bien; pero después de varios días de entrenamiento el brazo me estaba molestando, decidieron hacerme los estudios y gracias a Dios consiguieron lo que era, se detectó a tiempo y ahora estoy con medicamento y en reposo”.

No está pasando por un buen momento pues ese diagnóstico médico ha cambiado por completo la visión de su futuro y de su vida “tengo una trombosis venosa, es un coágulo en una vena de mi brazo izquierdo por el hombro, que está obstruyendo la sangre para que pase bien, por eso el brazo se me ha inflamado un poco, llevo 15 días con el medicamento y han visto mejoría pero es algo lento”.

Al preguntarle si ha pensado en lo peor, David abraza el balón y su mirada dice lo que su alma y su corazón están sintiendo “no realmente, sólo cuando escucho que pudo haber sido peor si no me llegan a detectar el coágulo a tiempo uno se asusta, pero gracias a Dios como nunca me sentí mal, nunca sentí algún tipo de dolor hasta que yo vi que el brazo no respondía como se supone, me hicieron los estudios, pero he leído lo que puede pasar, reacciono y digo ¡guau! gracias a Dios no me pasó nada”.

Pese a eso David Huertas no contempla el retiro o en la posibilidad de no poder volver a jugar, pues el sólo pensarlo lo aterroriza “es una pregunta difícil, porque no estoy preparado para eso, acabo de cumplir 26 años, creo que me quedan muchos años por jugar, el deporte se acaba pero si me dicen que no puedo jugar no puedo ni contestar esa pregunta, de pensarlo me da miedo, me asusta, no estoy preparado, uno mentalmente se va preparando cuando se va a retirar, buscaría algo para despejar la mente, pero ahora mismo con 26 años decirme no voy a jugar me voy a retirar, sería algo bien difícil para mí”.

Esa alma de guerrero, esa fortaleza que ha mostrado en cada momento en la duela no le permite caerse “no, me siento muy bien, realmente no me duele nada, mi mente no entiende por qué no puede jugar, si viendo aquí a los muchachos practicando diariamente, no entiendo mentalmente porque no puedo, pero mi salud está primero, eso está ahí, pero no es una lesión que digas ´me duele la rodilla, no puedo caminar o correr´, es algo que no me impide eso, pero es algo que me puede llevar a algo peor, pues sé que está ahí por eso no lo hago, tengo que cuidarme, mejorar mi salud para volver a comenzar”.

Otro reto que ha tenido que enfrentar este ex jugador de Obras Sanitarias, de Argentina, fue irse a Estados Unidos a estudiar “al principio me daba mucho miedo salir, ir a comer a lugares, porque obviamente no podía hablar el idioma, me daba mucha pena hablarlo, pero gracias a Dios tenía otros dos compañeros más de Puerto Rico que estaban en la misma situación que yo, los compañeros de equipo de la escuela, escuchándolos diariamente, ellos más o menos me ayudaban, cuando decía una palabra mal me corregían y poco a poco hasta que fui desenvolviéndome yo mismo; ya después de muchos años lo disfruté muchísimo”.

Por ser menor de edad David llega con unos mentores, pero tuvo que aprender a hacer sus cosas, a cocinar lo que le gustaba, lavar su ropa, aprendió a ser independiente “fue bueno para mí, porque aprendí a madurar antes de tiempo y eso es algo que tengo que agradecerle a mi mamá, porque me apoyó aunque estuvo lejos, creyó que yo podía hacerlo y finalmente por ella estoy aquí, por dejarme ir tan joven”. Al principio extrañaba a su familia y muchas veces le pasó la idea de regresar, pero se aferró a su sueño de estudiar la Universidad en Estados Unidos y tratar de ser el mejor jugador para llegar a la NBA.

En el 2009, después de ganar el NCAA en su primer año como universitario en el 2006, regresa a Puerto Rico para debutar como profesional en el equipo que lo ha cobijado los últimos 5 años, Piratas de Quebradillas, como el mismo David dice “el baloncesto me ha motivado a hacer muchas cosas y estoy bien agradecido porque me ha dejado ver el mundo y hacer lo que me gusta”; al finalizar su primera temporada logra llamar la atención de un equipo francés para jugar siete meses; y al poco tiempo se va a Grecia para jugar una temporada de cinco meses en Atenas.

Con humildad David Huertas acepta que siempre soñó con representar a su isla en algún torneo internacional y ya lo ha logrado al ser parte de la Selección Nacional de Puerto Rico en el Centrobasket del 2010 donde ganó medalla de oro; asimismo, se confiesa admirador de Eddie Casiano, y decía que quería seguir los pasos de él, y quién le diría que tiempo después éste sería su entrenador “mírame ahora, estoy aquí, lo he logrado, lo hice varios años y lo pienso hacer si Dios me da salud”. Al conocer la opinión que el número 33 de Halcones Rojos tiene sobre él, Eddie contestó “no lo sabía, me lo dijo cuando llegó a Veracruz, me platicó que era fanático mío desde pequeño, me tomó por sorpresa pues usualmente los jugadores siempre están detrás de Jordan o personas así, pero la verdad me impresionó y como jugador es un tipo parecido a como yo jugaba y veo que hace muchas cosas que yo hacía”.

Como la mayoría de los jugadores de baloncesto, David tiene varios tatuajes en su cuerpo y cada uno de ellos tiene un significado diferente “de mi lado izquierdo tengo una cruz, que dice descanse en paz por mi papá, tengo uno pequeño en el brazo derecho el nombre completo de mi madre, en el hombro tengo un ángel muy grande que aguanta el nombre de mi hija Nayelli Zoé y en el pecho tengo varios signos indígenas, fue el primero que me hice, tenía 19, para acordarme de mi isla Puerto Rico”.

Tiene una hija llamada Nayelli Zoé de tres años de edad y para David es su tesoro más preciado; basta ver su mirada para comprender lo que esa pequeña ha llegado a ser en la vida de este guerrero “es lo más que amo, mi princesa, la nena de papá, es la que extraño todos los días”.

Como buen puertorriqueño le gusta mucho la salsa y el reggaeton; entre sus salseros favoritos está su paisano Mark Anthony “me gusta mucho la canción “Preciosa” que se la canta a Puerto Rico, el año pasado fui a un concierto de él, escuché esa canción y la piel se me erizó”.

David Huertas aprecia mucho la amistad y es muy respetuoso en ese aspecto “me gusta llevarme bien con todo el mundo, no me gusta tener problemas con nadie, tengo tres amigos de crianza desde Puerto Rico, Abraham García, Francisco Peña y Alex Ramos, ellos me acompañan, están conmigo”; cuando llegó a México pudo encontrarse con Ricky Meléndez, quien fue su compañero de equipo en Panteras de Aguascalientes, su primer equipo en la LNBP, “lo conozco desde que tenía 11 años, jugamos juntos de pequeños y el año pasado lo hicimos ya como profesionales; es alguien (Meléndez) que admiro como compañero, este año quedamos campeones en Puerto Rico”.

“Soy una persona agradecida a todas las personas que me han ayudado, que me han apoyado, he tratado de devolver ese apoyo que me han dado, ser agradecido, así me crío mi madre honrando, agradeciendo, a las personas que te han ayudado tratar de ser. Y hasta donde papá Dios lo permita, yo seguiré trabajando duro, hasta donde Él me dé salud para llegar, ahí quiero llegar, sigo trabajando duro, motivado para tratar de seguir”.

Con estas palabras David Huertas promete regresar para marcar su nombre en el corazón de la afición jarocha. Para que esta afición jarocha pueda darle el reconocimiento a su calidad, a su entrega a estos colores que apenas empezó a portar, a su coraje con el que defendió estos colores, a su garra al pelear cada balón por el equipo, a su disciplina, a su amor por la vida y por lo que hace. Hay unos aplausos que están ´congelados´ esperando su regreso… Todo es cuestión de Fé y de Paciencia….TE ESPERAMOS, DAVID!!!!

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