Amigos lectores, hoy tocaremos un tema que nos han solicitado mucho y creemos que puede ser muy importante en la disminución de posibilidades de lesiones.
Como todos ustedes saben, el tema de las lesiones siempre es muy incómodo de abordar y más de atender. Por eso hemos preparado uno con sabor a “no doctor” y “no interrupción de entrenamientos”.
Se dice y con justa razón, que la medicina más económica es la preventiva, la que no se tiene que atender en consulta.
Existen muchos detalles alrededor de los entrenamientos que son desconocidos y que muchas veces por falta de tiempo no son puestos en práctica.
A continuación, enumeramos las ocho reglas básicas para evitar las lesiones y problemas estructurales en nuestro cuerpo:
1) Concentración y visualización
Muchos de nosotros realizamos deporte con la capacidad física y emocional que nos genera el movimiento.
Nos preparamos con equipo y vestimenta y salimos a ejercitarnos pero ¿Dónde dejamos la preparación mental?
El poder de la mente no debe ser subestimado, no importa cuál sea la actividad, debemos entender que si “programamos” la mente esta funcionará a nuestro favor.
Muchos atletas trabajan con el conocido factor “m” (mente), que les permite dejar a un lado los pensamientos, sentimientos, miedos y “lagunas” que afectan su rendimiento. Esto es fácil de decir pero en la práctica consciente se dificulta.
El objetivo de esta técnica es imaginar el deporte en práctica con todos los atributos que puede generar. Percibir la dinámica del movimiento y aumentar los beneficios que pensamos obtener.
El crear un marco de plenitud mental permite mantener los sentidos y objetos a un alcance que aleja la desconfianza, incertidumbre y temores, lo que mejora el rendimiento y disminuye la posibilidad de lesiones y lo mejor, refuerza la autoconfianza en nosotros mismos.
2) Alimentación, sueño e hidratación
Muchos deportistas lo son solo de fines de semana, es decir sábados, domingos y días feriados.
Cuando el deporte únicamente se practica en esos días de asueto, es muy posible pensar en disfraces también con la pachanga, el desvelarse, comer mal y quizás tener uno que otro grado de alcohol en la sangre. Es decir, se cuida uno entre la semana para trabajar y poder descuidar el fin de semana.
Se impone una aclaración: el deporte y la pachanga no se llevan. Un deportista tiene la obligación de cuidar de su cuerpo para poderle exigir, de otra forma este se va a descomponer y el ejercicio se convierte en un lastre y no genera un bienestar, por el contrario, lo predispone al daño y alteración funcional.
La mejor manera de protegerlo es comer adecuadamente, en calidad y variedad (ojo no cantidad), hidratarse con regularidad y obtener un beneficio adicional de horas de sueño, no menor de ocho y de preferencia por la noche.
3) Equipo y ropa adecuada
El salir corriendo de la oficina con zapatos de calle y con todo y saco y corbata no se ajusta a esta recomendación. Cuando se trata de ejercitar el cuerpo se trata de darle soltura, comodidad, ligereza y protección.
Muchos atletas caen en otro extremo y confunden la práctica deportiva con un desfile de modas, donde por cierto la mercadotecnia tiene mucho que ver.
El éxito radica en no caer en los excesos.
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