Felicidades Para Comentarse

* Mi primera columna, quién lo dijera

Por Victoria Luna

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Voy a comenzar desde el principio (perdón por la redundancia), nunca antes había (siquiera) intentado escribir una columna, pero dicen que para todo hay una primera vez… y que cierto es aquel adagio que cita «nunca digas de esta agua no he de beber, de algo así se trata mi historia en Para Comentarse.

Yo soy una tabasqueña que en Veracruz encontró, no sólo al amor de mi vida, sino una vida llena de amor.

He conocido tantas personas y he vivido tantas experiencias maravillosas, en una vida que no cambiaría por todo el oro del mundo.

He llorado, me he reído, he sentido peso y algunas veces, incluso, he experimentado levedad…

Ha habido tanto a lo largo de mi vida en territorio porteño que aún así estoy segura que nunca hubo más grandeza que después de la llegada de mi hija, y con ella mi amor por las letras, el descubrimiento de mi único modo real de comunicarme.

Desde entonces si hay algo en lo que creo (y siempre creeré) es en el AMOR…. El amor puro, el que existe entre nosotros (los seres en proceso de humanización), en magnitudes distintas y con fines específicos.

Así llegué al periodismo, por amor… no sin antes haber jurado un millón +1 veces que jamás ejercería la profesión.

Los tiempos para estar con mi bebé eran más cortos estando en una oficina y, aunque las horas en las cuatro paredes eran (les juro) varias veces mejor redituadas, con nada pagaba el estar cerca de mi princesa, y (sin querer queriendo) de mi esposo.

Mi esposo, quien ha sido parte fundamental en mi trayecto periodístico, él que inicialmente fue el de la idea de introducirse en el monstruo de los medios de comunicación desde antes de la titulación, ignorando mi pereza juvenil y mi terror por convertirme en lo que en realidad siempre fui… Creo que él lo sabía incluso antes que yo.

En fin, desde el primer día que tomé una grabadora, una pluma y una libreta, me enamoré, sí, me enamoré perdidamente de este arte: el de comunicar.

Entonces descubrí uno de mis escasos talentos: hacer periodismo.

Sí, hacer periodismo es mi talento, aunque muchos de los que (quizá) lean esto, en este momento retuerzan la boca.

Sin temor a equivocarme llegar a una redacción ha sido de las bendiciones que llegaron con mi hija. A partir de 2010 se comenzó a gestar una nueva historia en mi vida, en período que probablemente sea
el mejor de mi vida adulta.

Para Comentarse llegó tres años después de entrar en el ‘campo de batalla’ y llegó en el momento perfecto y, al igual que el resto de las bendiciones que he recibido gracias al ángel que Dios me envió, llegó por amor.

Entrar al equipo que dirige Yadira Mota cambió mi vida y de no ser por ese paso que dí, con un montón de dudas (para ser honesta) no habría tenido la fortuna de conocer a gente tan extraordinariamente especial.

El crecimiento profesional llega, indiscutiblemente, por añadidura, porque este portal esta bajo la dirección de una profesional, cuyos años de trayectoria en el periodismo deportivo local la avalan (aunque muchos vuelvan a retorcer la boca en este párrafo).

Increíblemente han transcurrido apenas unos meses y yo ya me siento en familia, y no sólo por el gran apoyo que he recibido de parte de todos los que forman Para Comentarse, desde el enigmático JAOR, hasta la transparente Yadira Mota, pasando por la dedicada Ana, la divertida ‘Laurita’ y el ocurrente Viveros; el educado José ‘Lovato’, la tierna ‘Lupita’ y el tímido ‘Kike’ Cerino; sino también por el reconocimiento y el enorme amor que he recibido de la gente que me lee, a quien me debo.

A través de Para Comentarse he ganado lectores, algunos por admiración, otros por respeto,otros por puro morbo, e incluso (irónica y casi risiblemente) algunos por temor; pero a todos, absolutamente a todos le digo: GRACIAS.

Gracias por cada palabra leída, por cada entrevista cedida, por cada exclusiva brindada, por la confianza, por las palabras (las plasmadas y las que el aire conserva para su inspiración), GRACIAS.

Gracias por trasmitirme fuerza, valor, entusiasmo, liderazgo y sobre todo gracias por devolverme la fe (si algún día la perdí) en el ejercer periodístico de verdad, sin restricciones, sin limitaciones.

De ese que, POR AMOR, pienso ejercer por muchos, muchos años más..